Arte: La escultura griega

1º ESO

El Doríforo de Policleto

1. La escultura griega, igual que la arquitectura, buscaba la belleza y la proporcionalidad, y para ello se estableció un canon. El canon clásico es un modelo que establece las proporciones perfectas de la belleza humana; las proporciones se consideraban perfectas si la altura del ser humano era exactamente siete veces la altura de la cabeza. El Doríforo, del escultor Policleto, muestra los cánones del ideal griego de belleza.
La escultura griega pasó por tres etapas:

• Arcaica: representación de jóvenes desnudos (koúroi) y doncellas ataviadas con vestidos (korai). El cuerpo se representaba rígido y en posición frontal, y la expresión era hierática, mostrando una media sonrisa (sonrisa arcaica),
• Clásica: (siglos V y IV a.C.) consiguieron representar el cuerpo humano de manera proporcionada y armónica. Además le dotaron de agilidad y movimiento, y dieron a los rostros una expresión serena.
• Helenístico: adquirió un sentido más dramático y realista, ya que se buascaba la expresión de las emociones humanas (dolor, fuerza, tensión...). Se alcanzó una enorme perfección técnica en la representación de los ropajes y de la expresividad del rostro.

Kuros del Asclepion de Paros.

Reconstrucción moderna de korai, que muestra la policromía usual en las originales.

Copia de la Afrodita de Cnido de Praxíteles (360 a.C.)

Laoconte y sus hijos, de la escuela de Rodas

La cerámica:  elaboraban cerámica de gran calidad para diversos usos. Las decoraban con todo tipo de escenas, que nos aportan información sobre la cultura griega. Las más abundantes son las elaboradas en el Ática entre las que destacaban las de figuras negras sobre fondo ocre o rojo y las de figuras rojas sobre fondo negro.
Respecto a la pintura sabemos que muchos edificios estaban decorados con pinturas, la mayoría de ellas no se han conservado. Gracias a la decoración de la cerámica podemos conocer los temas y algunas de las características de la pintura griega.

Ulises y Polifemo, detalle de una ánfora protoática de figuras negras, 650 a. C.

 

Heracles y Atenea, cara A de una ánfora de figuras rojas, obra de Andócides, h. 520 a. C.