El pinsapo es un árbol majestuoso cuya sola presencia justifica la existencia de los Parques Naturales de Grazalema y Sierra de Las Nieves y un espacio con otra figura de protección: Los Reales de Sierra Bermeja.
Es una conífera. En la zona del Mediterráneo viven nueve especies de abetos que son el residuo de los extensos bosques de coníferas que existieron en esta zona hace unos 20 millones de años, antes de retirarse los hielos en el cuaternario.
El pinsapo necesita condiciones de humedad altas, más de 1.000 litros por metro cuadrado y año, veranos cortos y temperaturas medias inferiores a 12 grados, suele vivir en las umbrías de las laderas con fuerte pendiente, entre los 1.000 y 1.600 metros de altura, es bastante independiente del tipo de suelo, y en los últimos tiempos está colonizando laderas orientadas a la solana siempre que sus suelos puedan retener agua en cierta abundancia, en condiciones naturales crece tanto en rocas calizas como en las rocas magmáticas.
Forma tres masas boscosas en la Serranía de Ronda; en la Sierra de Las Nieves ocupa una gran extensión, cerca de 3.000 hectáreas de pequeños y separados bosques en forma pura o mezclado con otras especies, en esta zona se encuentra en plena expansión.
A raíz del descubrimiento del pinsapo para la ciencia en el siglo XIX comenzaron las primeras iniciativas para la protección de esta especie.
A través del pinsapar hay diversas rutas de senderismo, zona también en la que podemos disfrutar de paisajes de morfología kárstica y de algunas formaciones como la Manga de Villaluenga del Rosario, Los Llanos y la Sima del Republicano, las grutas del Hundidero y del Gato (complejo sistema subterráneo ocasionado por la erosión diferencial que disuelve el terreno calizo), pueblos blancos de estas sierras de las provincias de Cádiz y Málaga, etc.
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