1. PRÁCTICA
DE HIDROLOGÍA.
Analice
el mapa y responda a las siguientes preguntas:
a)
Enumere de sur a norte cinco ríos de la vertiente atlántica.
b)
Describa las características de la vertiente mediterránea.
c)
Explique las causas de la disimetría de las vertientes y las
consecuencias que genera en las cuencas hidrográficas.
Fuente:
De FDV - Trabajo propio, CC BY 3.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7634031
RESPUESTAS:
a)
R.L.
Por ejemplo: Guadalquivir, Guadiana, Tajo, Duero y Miño.
b)
En la vertiente mediterránea desaguan
ríos desiguales. El Ebro es el de mayor longitud, caudal y
regularidad, pues recibe aportes hídricos de sus afluentes
pirenaicos e ibéricos. En los restantes ríos está patente la
influencia de los relieves cercanos al mar, que limitan la longitud
de las corrientes. Se trata, en general, de ríos muy poco
caudalosos, con grandes crecidas estacionales y fortísimos estiajes.
Asimismo, en esta vertiente hay cursos que llevan agua sólo en
ocasiones, permaneciendo secos la mayor parte del año: son las
denominadas ramblas, que tanto significado tienen en las regiones
mediterráneas, hasta el punto de que muchas han quedado incorporadas
al callejero de las ciudades con este nombre.
c)
La disimetría
entre las vertientes se debe al basculamiento de la Meseta hacia el
océano Atlántico desde el Sistema Ibérico, originado a raíz de la
orogénesis alpina de la era terciaria. Este hecho determinó que, a
partir de este momento, buena parte de los ríos peninsulares se
orientasen hacia la vertiente atlántica.
Las unidades del relieve que forman la divisoria de aguas entre las vertientes atlántica y mediterránea son el Sistema Ibérico y las cordilleras Béticas.
Las unidades del relieve que forman la divisoria de aguas entre las vertientes atlántica y mediterránea son el Sistema Ibérico y las cordilleras Béticas.
Las causas
son las distintas cordilleras y relieves: el hecho de que en el oeste
peninsular encontremos relieves suaves que poco a poco van subiendo
en altitud (también existen relieves importantes como el Sistema
Central pero que no influyen en la separación de las aguas),
atravesando la Meseta, hasta llegar a los picos de las cordilleras
del norte (Cantábrica) y del este (Ibérica y Béticas) y después
éstas se precipiten bruscamente hacia el mar. Esto produce una
separación física de las aguas que irán hacia uno u otro lado.
También influye en cierta manera el clima, pues determina el caudal
de los ríos.
Las
consecuencias
de esto es que los ríos que vierten hacia el Atlántico son más
largos (los más largos de España, ej. río Tajo), y por tanto de
caudal abundante (el Duero es el de mayor caudal), con un fluir suave
y lento, pues han de atravesar las Submesetas norte y sur. Los ríos
de la vertiente cantábrica son cortos y de caudal abundante por las
generosas precipitaciones, de fluir rápido pues han de bajar grandes
alturas en pocos kilómetros. Los de la vertiente mediterránea son
cortos y rápidos también pero de caudal menor y más variable, con
fuertes estiajes, por el clima y el fenómeno de la gota fría. La
excepción a esto último es el río Ebro, que al nacer en la
Cordillera Cantábrica tiene un recorrido largo, y por tanto es
caudaloso. mmhr/2019
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